Diseñar es pensar en hacerlo visual.
Tu imagen corporativa cuenta a los clientes quién eres, y te diferencia de la competencia. Tu marca se debe plasmar en todo lo que haces, porque tu marca te define.
Por eso siempre decimos a nuestros clientes que crear y hacer crecer una marca va mucho más lejos de hacer un logotipo y unas tarjetas de visita.
Imagina que consigues una visita con un cliente que te podría hacer facturar el doble de lo que facturas ahora. Tienes media hora para explicarle tu proyecto y por qué debe escoger a tu empresa. Pero... pasados 15 minutos dejas de hablar. Absurdo, ¿verdad? Traslada esa situación al material que usas en el día a día en tu negocio. Si entregas carpetas con los presupuestos, envías cartas a los clientes y usas sobres en blanco (¿por cuántas manos deben pasar los sobres hasta llegar a su destino?), vas a una visita con una libreta en la que no aparece ni tu logotipo... ¿No crees que estás perdiendo la oportunidad de seguir cautivando?
El diseño es una oportunidad para seguir contando una historia.
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